Asimetría financiera
Sobre la tasa de crecimiento anual compuesta, el impuesto de volatilidad o por qué las grandes perdidas son fatales.
En el ámbito de las inversiones, los resultados pasados condicionan resultados futuros. Nos movemos dentro de entornos dinámicos (no ergódicos) donde el fenómeno de la “dependencia del camino” se da, y por tanto, es en ahí donde opera la regla de la asimetría.
Per, ¿Qué es la regla de la asimetría? Básicamente que, ante un impacto determinado, la respuesta o resultado final es no lineal. Es decir, el resultado final no es simétrico con respecto al impacto inicial.
Por poner un par de ejemplos, si tenemos una ganancia del 30% y después una pérdida del 30%, el resultado final es una pérdida del 9%. De la misma forma, si tenemos una ganancia del 50% y después una pérdida del 50% el resultado final es una pérdida del 25%.
Como podemos observar, la regla de la asimetría se hace visible al calcular en el impacto que supone para nuestro patrimonio una ganancia frente una pérdida de la misma proporción. Dicho de otro modo, a igual magnitud relativa (o porcentual), el impacto de las pérdidas y las ganancias que puedan sufrir nuestras inversiones, no afectan de forma simétrica a nuestra riqueza total. De nuevo, estamos ante lo que se conoce como no linealidad.
La no linealidad en el ámbito financiero supone que las pérdidas relativas que sufre nuestra cartera o nuestras inversiones son más dañinas que una ganancia de la misma proporción. Es decir, para volver al punto inicial tras sufrir una pérdida, necesitamos una ganancia relativa mayor que el porcentaje de pérdida sufrido anteriormente.
Como observamos en la siguiente imagen, la asimetría a la que nos referimos se puede percibir de manera clara en términos cuantitativos al observar la ganancia necesaria para compensar una pérdida determinada.
Si nos fijamos bien, en las diferentes ganancias porcentuales que se requieren tras una pérdida determinada, nos damos cuenta de que, cuantitativamente hablando, la asimetría “se siente” cuando suceden las grandes pérdidas. Es decir, pese a que la asimetría se da desde el inicio, la no linealidad realmente se agrava o se acelera en las pérdidas cuantiosas.
Como si se tratase de un río que desemboca en una cascada, la fuerza del agua y su aceleración se van haciendo cada vez más latentes a medida que uno se va acercando al borde de la caída. De igual manera, en finanzas la fuerza de la asimetría se va acelerando de menos a más hasta que la misma coge muchísima fuerza y finalmente llega al punto de no retorno. Dicho de otra manera, la no linealidad entre pérdidas y ganancias se acelera cuanto mayor es la pérdida. Cuanto más cerca estás de la cascada o mayor es la pérdida, más difícil es nadar río arriba. Y como ocurre en la vida real, una vez caes por la misma ya no hay forma de volver a subir.
Como veis en la siguiente imagen, la cascada y la asimetría financiera, siguen una función logarítmica.
Vista la imagen y visualizando la metáfora de la cascada, queda claro que lo realmente importante es evitar las grandes pérdidas, pero, ¿Por qué es así?
Principalmente porque el efecto de sufrir pérdidas sustanciales infringe un daño casi perpetuo a las inversiones. Simplemente lleva demasiado tiempo recuperarse de una caída del 50% en una de inversión.
Adicionalmente, tal y como comentábamos al inicio, este fenómeno de la asimetría sucede porque la inversión es un proceso dinámico. Esto es, la inversión es un flujo temporal ininterrumpido en el que el resultado de hoy afecta al resultado de mañana. Es por esa misma razón por la cual los rendimientos acumulados en finanzas se deben calcular en base a la media geométrica o lo que es lo mismo, la tasa de crecimiento anual compuesta, (y no la media la aritmética). Dicho de otra manera, perder un 50% y después ganar 100% supone una media aritmética de +25%, pero la realidad es que tu media geométrica será 0% y, por lo tanto, tu patrimonio no habrá crecido, sino que seguirá exactamente igual que al inicio.
Es por ello que, siendo las finanzas un proceso dinámico en el tiempo, el único dato que importa para evaluar el desempeño es la tasa de crecimiento anual compuesto (CAGR en inglés). Si pierdes un 50% de tu patrimonio el día uno, no te valdrá con ganar un 25% los dos días siguientes para empatar. Por el fenómeno de la asimetría, deberás ganar más que lo que perdiste para volver a la situación inicial.
Por lo tanto, sufrir una gran pérdida hoy afectará significativamente al camino que seguirá tu cartera o patrimonio mañana. Mark Spitznagel llama "impuesto de volatilidad" a ese coste que suponen las grandes pérdidas o fluctuaciones del valor que sufre una inversión particular o una cartera completa. Tal y como acabamos de ver, y por el efecto de la asimetría, la volatilidad de las inversiones impone una especie de comisión oculta a los inversores por el impacto negativo que suponen para las carteras a largo plazo las grandes oscilaciones de los mercados.
La única manera de evitar ese “impuesto de volatilidad” (o lo que es lo mismo, el daño que hacen especialmente las grandes pérdidas a largo plazo a una cartera), es evitando precisamente esas grandes caídas. Y, para evitar las grandes pérdidas, existen sólo dos opciones: 1) Comprar un seguro (rentable) frente a esos grandes resultados negativos o 2) No exponerse nunca a esa volatilidad.
La primera alternativa supone ceder parte de rentabilidad (pagar una prima por el seguro) para asegurarte que sales indemne frente a un potencial siniestro bursátil. La segunda opción supone ceder rentabilidad por no exponerte a esa volatilidad (que, en general, es propia activos potencialmente más lucrativos) generalmente en pro de la diversificación o, lo que es lo mismo, de exponer cuantías menores a esas caídas.
Ninguna de las dos alternativas es sencilla, pero la alternativa a cualquiera de ellas supone exponer a un daño perpetuo a la tasa de crecimiento anual compuesto de una cartera que, como hemos comentado, es la única métrica que debe importarnos como inversores (descontando a esa cifra la inflación acumulada en el periodo, por supuesto).